carta abierta al amigo imaginario

Estimadísimo Panita Imaginario:

Vueeeeeeeeeeeeeeeelveeeeeeeeeeeeeeeeee! Vuelve, por favor! Por lo que más quieras, prometo no aburrirte más, entretenerte más, ser más afable contigo, no recargarte con mis problemas, no ponerme pesado con tanto el-mundo-me-pesa. Ya sé que me da por el soliloquio cuando estamos juntos, tú y yo paseando por el parque, tú y yo al subir al autobús, tú y yo cuando me ducho, cuando me afeito, tú y yo durante las largas noches sinsueño en que me asalta la duda hormonal-existencial y me hago pipí del hastío. Te juro que no hablaré tanto, voy a escucharte más. Háblame, Gran Panita. Conflictúame tú. Ahora me doy cuenta: necesito escuchar conflictos ajenos para sentirme menos solo, necesito miseria humana para no sentirme tan miserable. Porque de eso se trata, ¿no? Digo que sufro porque no quiero escuchar el sufrimiento del mundo, el gran sufrimiento universal que fluye inalterado desde el Big Bang hasta el Big Crunch, el sufrimiento la guerra, el sufrimiento la hambruna, el sufrimiento pobreza, el sufrimiento diosproveerá, el sufrimiento esmaligno. Te digo que sufro, Panita Imaginario, para acallar los gritos de los niños bajo las bombas, los niños desnutridos, mocos y moscas. Panita, ya sé que la autotortura es lástima por un mismo y lástima por uno mismo sinónimo de estupidez. Te hablo desde lo más hondo de mi alma tecnológica, desde mi yo mediatizado y publicitado, desde las insondables profundidades de mi desidia posmoderna, desde MI ABSOLUTA IGNORANCIA DE TODO LO QUE ESTÁ OCURRIENDO DE HORRIBLE EN EL MUNDO MIENTRAS TE ESCRIBO ESTAS LÍNEAS. Porque no, la verdad NO está en los periódicos. La verdad no existe. Pero yo sigo comprándome EL PAÍS todas las mañanas, leyéndolo mientras cafeteo y nicotineo, creyéndome hombre serio, adulto informado, hasta que cualquier contoneo me devuelve a mi condición de primate reprimido. Página tras página, noticia tras noticia. Informado, sí, pero irremediablemente ignorante. Breves dosis de sufrimiento universal cuyo ronroneo en mi cabeza me sirve para autoendilgarme sufrimiento particular. Da igual, no importa, siempre y cuando vayas a la tienda y adquieras nuestros productos todo estará OK. Panita, he decidido no sufrir más ni por mí ni por el mundo, vuelve por favor. Quiero hablarte de amor, de construcción, de comunión. Aquí dentro del MundoManicomio.